lunes, 11 de junio de 2012

La Propiedad Industrial y sus Marcas


La propiedad intelectual está integrada por el derecho de autor y la propiedad industrial. El primero protege la forma de presentación de las ideas, pero no las ideas en sí mismas. Esto incluye las obras literarias y artísticas, incluido el software. Por su parte, la propiedad industrial incluye las invenciones y los signos distintivos. En el caso de las invenciones existen varias figuras jurídicas que protegen la forma del producto y la función que lo diferencia de los demás. La protección no es renovable y una vez que expira, pasa al dominio público. En este caso, el inventor da a conocer su invento a cambio de un monopolio temporal y provoca el desarrollo acelerado de la tecnología. Adicionalmente, existe el secreto industrial, que dura tanto como el secreto se conserve. Ejemplo de ello es la formulación de una de las bebidas de Cola que mas se vende en el mundo, en México la Ley Protege la propiedad industrial mediante la regulación y otorgamiento de patentes de invención; registros de modelos de utilidad, diseños industriales, marcas, y avisos comerciales; publicación de nombres comerciales; declaración de protección de denominaciones de origen, y regulación de secretos industriales, muchas personas que  explotan un giro comercial o una marca no la tienen registrada ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial,  y  existen casos donde otras personas se apropian del nombre  y lo  registran obteniendo  así beneficios por una marca que no fue de su creación.   Todas las personas que hayan diseñado una marca y la  estén explotando deben registrarse para darle certeza jurídica a su  creación, en estos tiempos tan competitivos se necesitan ideas y marcas nuevas y  estas deben  registrarse por la persona que las ha desarrollado y  así tener la oportunidad de poder franquiciar dicha marca y  abrir nuevas oportunidades de negocios. “Los derechos de propiedad no solo son una fuente de libertad económica, también son fuente de libertad política”   Milton  Friedman.

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